(02/52) Cambio de hábitos
Anoche maté tres cucarachas. Cada vez encuentro en lugares más internos de la casa. En mi escritorio una noche al final de la presentación del libro de Daniela Tarazona y Nuria Mel sobre Clarice Lispector. Me pareció un toque simpático justo ver una cucaracha y tan grande corriendo cerca de mi computadora; pensé que igual era el fantasma de Clarice y se lo conté a Daniela.
Al principio me daban mucho asco pero me he ido acostumbrando. Las hay de todos tamaños y he aprendido que lo más fácil es aplastarlas con mi propia mano. Muchas veces en lo que buscaba un papel o corría por mis zapatos la cucaracha desaparecía. También he aprendido a apuntar a la cabeza para matarla bien. Eso a veces me hace pensar en las películas o series de zombies. Y lo encuentro muy ad hoc por los tiempos apocalípticos que vivimos.
Anoche Parvana me despertó con un maullido leve de que había encontrado algo. Eran las 3:35 am. Apunte con mi celular y ahí estaba una cucaracha mediana. Tome un Kleenex y la aplasté pero se escapó. Entre las dos, Parvana y yo la aniquilamos. Aproveche que estaba despierta para ir al baño. Ahí vi otra cucaracha correr entre el papel de baño. Con un pedazo de papel y con la escoba de la arena de los gatos la arrastré hacia mi y la aplasté. La última fue ya en la recámara, en el muro sobre mi cabeza.
Hijas de puta, dije, desesperada.
Las matamos, Parvana, celebré.
Hace tiempo que todo el edificio se tiene que fumigar pero los dueños nunca hacen nada. Si una sola persona fumiga su casa no sirve de mucho porque en el resto del edificio siguen existiendo más cucarachas y se cuelan de una casa a otra, por los ductos y el drenaje.
Se parece mucho al covid en eso. Da igual si solo uno se cuida.
Esta semana compré un raid contra cucarachas y pienso en la semana un día llevarme a los gatos al estudio del ticher y echar mucho raid acá.
Hoy es mi último día de vacaciones. Estuve casi un mes off. Supongo que cuando vuelva a trabajar me voy a dar poco cuenta de las cucarachas y, espero en Dios, ser menos consciente de muchas cosas más. El silencio da paz pero me hace falta ese ruido blanco.