(08/52) Mala memoria

Abril Castillo
3 min readMar 8, 2022

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Llevo cinco minutos en una silla tratando de recordar qué estaba a punto de hacer. Me desperté a las seis de la mañana y ayer casi no pude levantarme de la cama en todo el día. Antier compré un vuelo a México para mayo y no sé si cambiarlo a junio, hoy que me siento mejor, o a julio. O si comprar otro redondo para ir y volver. Nada de eso tiene que ver con lo que olvidé de camino del piso a mi silla. Estaba a punto de levantarme a la cocina y mis lentes se ensuciaron o ya estaban sucios, y en el trayecto miré de reojo y pensé que se me había nublado la visión pero eran los lentes y los limpié y me dolió la panza. Me duele desde hace rato, así como gastritis. Solo he desayunado una mandarina que ya estaba un poco pasada. Son casi las once y no he desayunado nada, tengo colitis quizá por eso; no es gastritis.

Pensaba en irme temprano hacia la escuela y trabajar desde allá. Pensaba pasar a la librería por un regalo para Ele que cumplió años ayer y mis cólicos me impidieron ir a la escuela y a su brindis de cumpleaños. Le pregunté al tocayo de mi ermano por un libro sobre la nostalgia del futuro. No recuerdo la palabra y me digo a mi misma: No abras Whatsapp para ver la palabra, se te va a volver a borrar la memoria. Voy igual.

Hauntología es la palabra acuñada por Marc Fischer. Viene de haunt, perseguir, así como hacen los fantasmas. El futuro es un fantasma que viene por ti porque ya no sucedió. Es imposible de tocar, como cualquier otro dolor psíquico.

A mí me duele la panza.

Lo que no puedo recordar puede ser la idea de un trayecto por la calle. Ir quizá a Muji por unos diurex de esos que no pegan tanto, o pasar por plumas para dibujar, o plumillas para hacer ilustraciones con tinta fresca. Quisiera volver a ilustrar. Hacer más libros ilustrados otra vez. Siento que me perdí en el camino.

A mitad del camino de mi vida me encontré por una selva oscura… Pero no soy Dante. Y como él, quiero llegar a un lado, atravesar todos los caminos. Como Alicia en el País de las Maravillas, quiero despertar.

Ir a México y volver. Terminar aquí, ver cómo es la ciudad en verano. Recargar pila en mi país.

Tengo que leer varios cuentos. Tal vez en eso estaba pensando. Como no lo recuerdo, voy a agacharme otra vez al piso que está frente al espejo y ver si me regresa eso que estaba a punto de hacer antes de quedarme sentada un rato sin poder moverme. Puedo hacer el ritual de nuevo a ver si algo recuerdo, o puedo simplemente ir a desayunar. Ya son las once.

Tal vez era hacer un diagrama sobre los eneagramas, las capas que dice el texto que hay sobre el orgullo: la desesperación hasta el fondo, luego la culpa y la vergüenza, hasta arriba los celos y la envidia. Algo así.

O es quizá agarrar mi cambio de ayer que fui al super por el papel y el aceite (aevo: aceite extra virgen de oliva).

No sé por qué estoy mareada. O tal vez sí sé.

Hoy parece que va a llover mucho. También es 8M. No creo ir a marchar, pero sí a clase. Quise haber dormido más pero no pude, otra vez dormí solo cinco horas. Voy a desayunar ya.

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Abril Castillo

miope e hipermétrope al mismo tiempo pero en ojos distintos