(16/52) Domingo de mudanza
Y martes y jueves y lunes y miércoles.
Al mismo tiempo mi hermano y mi papa y mi mamá se están mudando cada uno a su manera.
Los lirios son venenosos para los gatos.
Santiago se mudó este viernes que terminó el mes y trajo unos lirios.
Llevo dos días sin dormir observando si mis gatos actúan extraño pero hasta ahora todo igual.
Viendo una película animada que los Pixis me recomendaron de netflix: Los Mitchells contra las máquinas. Me he reído varias veces y se me va de la mente la obsesión de los lirios y los gatos. Me dan ganas de hacerme una playera que diga eso. Que diga: Los lirios son veneno para los gatos.
El viernes empecé el audiolibro de Tarantela. Leer y reeler la parte del envenenamiento de mi tío tampoco me hizo bien, supongo.
Si para la noche no me ha atravesado una rama la garganta seguiré viva otro día al día siguiente y otros más después de eso y si eso pasa nunca volveré a comer semillas.
Eso pero con los lirios.
Si me voy en octubre, ¿debería llevarme a mis gatos? Estoy agotada pero no consigo ya nunca dormir.
No sé qué es el futuro, pero ya quiero que llegue y me saque de este amargo instante de espera.
Si los gatos comen, beben agua y orinan bien, están normales. Si no los ves aletargados.
Aparicio siempre está aletargado. Siempre duerme y come y se acuesta. Se mete en lugares oscuros y huye de mí.
Ambos están igual. Los lirios sólo duraron aquí un día.
Extraño tener sala y la armonía que tantos meses me tardé en conseguir en la casa con las tantas cosas. Pero es idiota pensar que nada es para siempre. La vida como una ola que te tira y remonta. Reordenar todo siempre mil veces al cuadrado.
La vida es 70% estar moviendo tus cosas de un lado al otro. 25% comprar cosas nuevas. 4% tirarlas o regalarlas o intentar venderlas.
Pero también es disfrutarlas, me dice mi mamá mientras escucha mi emberrinchada teoría hoy que nos recibe y nos presta un closet de su casa para guardar todos los cuadros y libros y cajas que ya no caben acá. Y nos da de comer comida casera y la abrazo de lado, mientras saludo raro a mi hermano que se mudó ayer al lado y llega sin cubrebocas por una licuadora y en vez de pedir ayuda para cerrar la puerta toma las dos cajas de manera absurda para quedarse sin manos y aún así yo la cierro y el me dice: gracias.
¿Que estaba diciendo?
Comida casera: ensalada de atún con verduras. Sopa de tortilla. Para el ticher arroz y picadillo porque le cae pesado el atún. Agua de limón con el punto exacto de acidez y azúcar.
Los gatos siguen vivos. Disfrutar es el 1% de la vida y aunque parece poco, lo es todo.
Y esta película va muy bien. Los Pixis sí le saben.