(25/52) Spoiler Alert: Shrek
—¿Qué estás viendo?
—La de Shrek.
—¿Pero cuál?
—La primera, la original. Si no hubiera dicho “Shrek dos”.
En mi generación de Gastronomía todos son fans de Shrek. Hablan de la película para entender el mundo igual que en mi generación citamos a Los Simpsons o Seinfeld.
—¿Más o menos cómo era esa época maestra, antes o después de Shrek? —dicen sobre todo en clase de Historia.
Ayer pasé toda la tarde haciendo una práctica que debí hacer el sábado pasado, pero andaba de viaje. La tuve que hacer aquí en mi casa y grabarme. El ticher me prestó un tripié y un detenedor del celular que se ajusta a su ancho. Me puse mi filipina y una cofia que compré en Unser, según yo para cuando hiciera galletas y una señora rica estaba ahí con su hijo socio, y le dijo que si no compraban de esas para su negocio, y él dijo que no, que son ridículas, y luego me dijo: Ay, perdón por decir eso. Y le dije: No, es cierto, uno se ve chistoso, pero no son para verse bien sino por higiene. Le hubiera dicho eso, ¿verdad? Pero, la verdad, más bien le dije: Me da igual, ni te conozco, y la empleada que me estaba cobrando, me sonrió.
Volviendo a mi práctica: consistía en calentar algo y luego enfriarlo en poco tiempo. ¿Cómo?, pues con un baño maría invertido, que es básicamente un bowl con mucho hielo y un poco de agua (o el agua se va haciendo por el hielo derretido; yo además le puse un poco de sal porque eso enfría más). Se supone que cuando tienes algo caliente, hay mayor multiplicación de bacterias, eso todos lo saben. El chiste está en el tiempo y las temperaturas, o eso nos han intentado enseñar este semestre, y yo con todo mi corazón lo intento aprender, pero siempre confundo cifras y normas, y me da miedo matar a alguien, así que para irnos a la segura, más allá de la cifra, ya me sé en mi corazón que un refri debe de estar a entre 2° y 4°C, y que la comida fría no debe sobrepasar los 8°C o se rompe la cadena de frío y entonces hay que comérsela al chaz chaz. Y un producto congelado siempre mínimo a -18°C a menos que sea helado, que ese puede ir a 14°C.
El chiste es que hay bacterias que son parecidas a la temperatura ambiente, o que viven mejor en nuestro cuerpo, por eso su medida es nuestra temperatura corporal; pero en eso no voy a entrar porque yo solita me enredo.
La práctica trataba de llevar un alimento calentado, de los 80°C a los 4°C en poco tiempo, para poderlo refrigerar. Así que se eligió trabajar con chicharrón en salsa verde, en la práctica en la escuela usaron 4 litros de salsa. Aquí en la casa usé una salsa que tenía de mi mamá y que justo había descongelado el día que volvimos de España, porque quería hacerme un chile con huevo. Luego el sábado la maestra me dejó hacer la práctica y dije: A huevo, con la salsa mejor hacemos el chicharrón; o esa idea me la dio el ticher. Así que como tenía poco menos de un litro de salsa, entonces bajé por una pechuga e hice un caldo para que me rindiera más, llegué al litro y cacho. Calenté la salsa, llegó a los 80°C o poco más, puse el chicharrón y volví a esperar para llegar otra vez por encima de los 80°C. Mientras tanto, preparé dos bowls con hielos (fui por hielo antes, el ticher me ayudó a cargar la bolsa), listos los baños maría invertidos, dos insertos de metal para poner ahí el chicharrón. Cuando dio la temperatura, apagué, separé la mezcla en dos mientras los medía (ahora eran dos litros), y comencé a mover y cada cinco minutos medir.
La maestra dijo que los compañeros habían tardado 40 minutos porque era mucha salsa, y que pensaba que yo, por tener menos, sería más rápido. Pero no fue así, porque yo solo soy una moviendo dos salsas en dos insertos con una sola mano que también está grabando y midiendo el tiempo y la temperatura, vaciando agua que se chorreaba de hielo derretido y cambiándola por más hielo; así que al final, cuando llegué a los 6°C me di cuenta o más bien pensé que ahí mejor ya no moverle, porque moverle hace más calor que frío, llegado ese punto final. Y me quedé así viendo el chicharrón secarse y enfriarse y cuando tomé la temperatura final ya estaba en 3°C. Lo habría metido al refri, pero esa era mi comida. Me había tardado casi exactos 40 minutos también.
Se supone que una comida no puede estar fuera del refri más de dos horas para que pueda ser potencialmente peligrosa, así que lo logré, había cumplido la meta.
Como ni había comido, y porque ya era tarde, lo volví a calentar, llevándolo ahora a 74°C que en realidad subió hasta más de 80°C otra vez. Y cenamos con el ticher, hasta que se puso a ver su celular y no me oyó algo que le platicaba, entonces ya mejor me levanté y me fui a ver tele.
No sé si fue por ver tanto verde toda la tarde, pero puse la de Shrek, un ogro que no se mete con nadie, pero el reino se empieza a meter con todos los seres fantásticos del bosque, así que éstos buscan asilo en el pantano de Shrek. Él no es que quiera ayudarlos, solo quiere volver a su paz en soledad, así que por eso los ayuda.
En esa aventura de liberarse de refugiados en su casa, acuerda con Lord Farquaad que le llevará a una princesa que él eligió, para que se case con ella, y ahí ya dejará de perseguir a los seres fantásticos. Solo que la princesa resulta ser un ogro también. Se enamoran ella y Shrek y deciden quedarse juntos.
La voz de Derbez es insoportable, y sobre todo que hable con nadien, fuistes y demás para hacerse el chistoso. Todos dicen que ahí Derbez es soportable, pero no lo es, lo que pasa es que ya llevaba un rato de película en español como para cambiarle a esas alturas a inglés.
No sé si Shrek trata de la aceptación de la fealdad o de ser como uno es, o de la reivindicación de los cuentos de hadas, o si es una contienda contra Disney, o un despertar de la comunidad: No estés solo Shrek, somos seres sociales, acepta a tu prójimo. Últimamente me siento algo sola y fuera de lugar, y me gusta estar sola en mi casa, pero no creo que sea por eso que la vi. El mundo está cambiando y es difícil relacionarnos como antes o como siempre con quienes siempre fueron nuestros amigos más cercanos, con la familia. Todos estamos cambiando y yendo a otros lados. No sé por qué la vi.
Sé que la primera de Shrek salió en 2001 y yo la vi en el cine con mi papá y mi ermano, y fue una sorpresa inesperada, nos encantó a los tres. La segunda salió en 2004 y puede ser que también la hayamos visto los tres juntos, recordando la anterior, puede ser que la hayamos pasado bien comiendo bagits en Cinépolis y luego mi papá nos haya llevado a nuestra casa en Copilco o quizá ya en Monserrat, no sé si mi hermano Patricio ya había nacido para entonces, pero sé que tiene la misma edad que mis compañeros de Gastronomía que siempre hablan de ella. Y a veces me imagino si así sería conocer más a mi medio hermano, estudiar con gente de su edad. Y luego me doy cuenta que no, que no tiene que ver con eso, con los otros mi vida. Que estoy estudiando Gastronomía porque yo quería hacerlo, aunque esté todo el tiempo siendo la señora fuera de lugar en un lugar de puros jóvenes. Mi experiencia de Shrek va más allá de los otros y tiene en todo caso, más que ver con mi primer ermano, que de cariño le dice Cherk. Pero fue quizá porque estuve viendo verde toda la tarde y luego vi verde y sentí: es ahí.