(30/52) Tratado sobre la luz
A. Sí estaba bien chueca esta madre.
B. Hay espacios vacíos en el croquis que en el departamento realmente no existen.
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Declaración de principios de este lugar en presente aunque sea un lugar en pasado
La luz entra a través de la cortina traslúcida y esa es la hora de despertar. ¿Es posible vivir para siempre en este tiempo animal?
La luz da de lleno en los ojos a las 5, ¿es la hora de dejar de trabajar?
Las luces falsas hacen siluetas que se mueven, patrones de sombras a partir de las 8pm y durante toda la madrugada. ¿Por qué esas figuras aminoran la sensación de soledad?
Una vez estalló un transformador en la madrugada y entre sueños me desperté gritando. ¿Qué estaría soñando? Eso no era luz por la ventana. Era fuego. ¿Cuál era la pesadilla: adentro o afuera?
La luz intermitente de las patrullas que pasan en la noche. ¿Qué es peor: esa luz tan suya o su ruido?
En la cocina sólo hay luz artificial y una cortina que no puede abrirse, ¿es traslúcida aunque no trasluzca nada?
Sólo hay plantas en la ventana de la sala, sólo ahí están vivas. Son viejas las que están. ¿Me han sobrevivido a pesar de todo o gracias a Sofy?
¿Por qué aunque hay un cubo de luz y mi departamento está hasta arriba, aún así los cuartos interiores son oscuros?
La luz es calor. La luz se queda en el piso de madera y nunca hace frío. ¿Realmente en esa casa nunca hacía frío? ¿Y los periódicos que una vez puso Santiago en los bordes de las puertas?
La luz de luna no se distingue por las luces de ciudad, pero está. ¿Cómo sé que es de la luna si su luz se ve directamente pero nunca su fuente?
[texto escrito el 3 de julio de 2019 durante el taller Hasta la entraña a partir del Tratado de pintura de Leonardo Da Vinci y del texto “Si yo fuera yo” de Clarice Lispector.]