(36/52) Spoiler Alert: Mi pobre angelito uno y dos

Abril Castillo
4 min readDec 17, 2023

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De regreso de España empecé a buscar esas películas que en Iberia catalogaron como “muy largas” para pasar el tiempo, porque me cuesta dormir en el avión. Aun así logré dormir unas buenas cinco horas y ver dos películas casi completas. La primera fue Zodiac y la segunda fue Mi probre angelito uno. Tenía muchísimo tiempo que no la veía, quizá desde la secundaria o antes. Nunca fue una película que quisiera ver mucho, aunque podría verla junto con otras películas navideñas cada que es navidad, así como acostumbra hacer el Pixi con sus películas navideñas favoritas.

Kevin es un niño de unos siete años interpretado por el gran Macaulay Culkin (¿de dónde viene su nombre y qué querrá decir literalmente?).

Macaulay es un nombre escocés, que significa “el hijo de Olaf”, mientras que Olaf quiere decir “descendiente” o “ancestro”. Así que es algo como “el hijo del ancestro”. Y Culkin es una versión en inglés reducida, del gaélico “Mac Uilcín” o “hijo de Uilcín”, un diminutivo del nombre Wilkin, que a su vez es un diminutivo de “William”. Y finalmente, William quiere decir “guerrero fuerte y determinado”, un “protector resolutivo”, y viene del germano antiguo Wilhelm, y fue acuñado en Inglaterra por William El Conquistador, en época de conquista. Así Macaulay Culkin significa algo como “el hijo del ancestro, el hijo del protector resolutivo”, todo en época de esa conquista que significó nacer en los ochenta, crecer en los noventa y seguir vivos en 2023.

En Mi pobre angelito uno, hay un montón de gente en navidad en casa de Kevin y por respondón, nos lo mandan a dormir al desván solo; se iba a dormir con su primo que en la vida real es su hermano (Kieran Culkin, que ya que estamos, Kieran quiere decir “el pequeño oscuro” o “el que tiene pelo negro”). Kevin se rehúsa a dormir con él porque siempre orina la cama, y luego en un intento de su mamá por hacer las paces, Kevin acaba diciéndole que ojalá todos desaparezcan y que odia tener una familia. A la mañana siguiente, luego de un apagón, se quedan dormidos y se despiertan, se visten, se arreglan en chinga para subirse a la camioneta que los llevará al aeropuerto y de ahí a un viaje a Francia. Para entonces todos nos preguntamos a qué se dedica el papá de Kevin, también luego de haber visto esa casota.

Kevin se queda solo en casa, al principio seguro de que fue un hechizo cumplido. Se pone feliz, tiene todo el lugar para él solo. En algún momento empieza a sentir miedo y se convence a sí mismo de que debe ser fuerte y sobrevivir. Cuando los ladrones aparecen, incluso dice una frase: “Tengo que defender mi casa”. La madre se da cuenta apenas en el avión que su hijo no viene, los adultos sentados en primera clase, y los otros diez niños en turista. Recién aterrizan, intenta con todas sus fuerzas volver a casa, pero como son las navidades, no hay vuelos disponibles hasta dentro de un par de días. El esposo se ve tranquilo, a pesar de que ya llamaron a la policía y nadie parece darles razón de que Kevin esté en su casa, vivo y bien. “Volemos en dos días, no seas histérica”, casi le dice a su esposa. Todos se van a casa del hermano que vive en París, y la madre se queda esperando un vuelo a donde sea, que la cruce de regreso a su continente. En algún momento llega a Scranton, la sede de The Office, y ahí se amiga con John Candy, que interpreta a un músico de polka que, junto con todo su grupo, viajarán en carretera y pueden dejar a la madre en su casa. Al final Kevin logra defender su hogar, su madre llega justo el día de navidad, se perdonan, y a los pocos segundos llega el resto de la familia. El esposo todavía le dice a la esposa (que se ve impecable a pesar de llevar 48 horas viajando por cielo, mar y tierra): “Te dije que no fueras tan desesperada”.

La actuación de Macaulay es impresionante, con razón se volvió tan famoso y lo querían en todas las películas de la época. Una de ellas fue Mi pobre angelito dos: solo en Nueva York, donde la situación y el personaje dan giros extraños. Y de ser un niño que debe ser fuerte, no tener miedo y defender su hogar, se vuelve un sociópata que gratuitamente quiere gastarse todo el dinero de su papá en el Plaza Hotel, engañar a los encargados, volver a uno loco y hacer que lo despidan, y luego lastimar muchísimo a los ladrones en una casa abandonada que nadie le pidió defender. La actuación de Kevin igual es maravillosa, de ahí seguro saltó a hacer El ángel malvado, donde su madre prefiere salvar a Frodo que a él.

Macaulay se retiró de las pantallas pocos años después, pasó por una demanda contra sus padres, entró y salió de las drogas, y hace unas semanas recibió su estrella en el Paseo de la fama en Hollywood. Bien por él.

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Abril Castillo

miope e hipermétrope al mismo tiempo pero en ojos distintos