(37/52) Jopetas

Olvide mi casco. Que cólico tan fuerte tengo. No recuerdo cuándo me dejó de gustar el helado. Aurora decía que no entendía la pasión de la gente por comer helado, a ella le daba igual. Anoche comimos un flotante de helado de limón y coca. Me quitó la náusea un rato y luego me dio agruras. Llevaba tres semanas sin tomar y me tomé dos botellas de vino, una sola esperando la hora y otra en compañía, no recuerdo la mayoría de mi plática con Lucía y aún así fue reparadora. Una nadadora china tuvo malas marcas en las olimpiadas porque justo le bajó el día de la competencia. Me cansa que me digan que es chido que te baje y que no duele ni te putea. Siempre ha sido muy puteante para mí desde niña. Desde los doce. A veces quisiera que ya no me bajara. Otras pienso si en serio ya no quiero ser mamá. Pienso en mi amiga llorando porque no puede ser mamá o no lo ha logrado y yo de pronto soltándome a llorar como si fuera mi historia la que cuenta. Las dos lloramos y llega un cantor y tenemos que gritarnos al oído una de la otra nuestros secretos. Ya tengo el casco. Ya me voy al centro a andar. El calor cura los cólicos. El frío es pésimo para la cruda, no sé por qué comí helado ayer.