(40/52) Pesto

Abril Castillo
4 min readDec 23, 2024

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Todavía no sabía yo leer y mi mamá me dejó una nota pegada a la lámpara de noche que tenían en su cuarto de Real Camelinas. Se fue temprano por la mañana y yo amanecí en la cama con mi papá, quien me leyó la nota y yo reconocí la letra de mi mamá aunque no sabía aún leer frases largas.

Hoy le dejé una nota rápida al ticher porque estaba súper dormido y no quise despertarlo. La nota decía: tixer fui por tu regalo. El martes pasado que volví de las prácticas él había puesto todos los adornos navideños en la entrada. Ya no ponemos árbol porque en 2019 los gatitos lo tiraron y se rompió. Al año siguiente el ticher hizo uno de papel y hemos ido comprando diferentes adornos.

En las prácticas he aprendido a hacer bebidas y a servir helados y a hacer algunas ensaladas. Mi favorita es una de jitomate con mozzarella fresco que lleva en cada rebanada tomate confitado y pesto. Probé el pesto, he ido probando los sabores, pero nunca el plato entero: el pesto es delicioso.

Hoy es mi día libre y vine caminando a macdonalds. He estado alejada de mi familia sanguínea y eso me ha dado algo de paz. La primera vez que mi hermano se puso mal y el pronóstico era horrible me dolía ver gente joven en situación de calle y a veces pensaba si un día él podría volverse uno, si no se atendía. Enfrente de mi en el macdonalds hay una señora de tercera edad y me pregunto si un día yo seré ella, y por qué razones vendremos aquí. Es un lugar tranquilo donde nadie te pide que te vayas. Los precios son accesibles y si estás muy sola un día puedes ver gente, si tienes prisa puedes comer un huevo al instante. Acaba de entrar un señor en situación de calle muy viejo. Trae unos tennis que parecen nuevos pero se nota que no son de su talla, un abrigo que también casi arrastra. Junta sus monedas para completar para un café y tengo el impulso de pararme a pagárselo pero no lo hago, no quiero que se ofenda, no me quiero meter. Deja su mochila negra y su bolsa de fishers en una mesa y va por el café. No sabe que ahora se tiene que pedir en la entrada en las máquinas computarizadas pero el chivo de la caja lo atiende y le da el café. Pienso que le deberían regalar el café y algo de comer. No me muevo, solo me viene un llanto inesperado. Pienso en los dos viejos de mesas continuas y pienso en mi hermano y yo.

Llevo un mes leyendo Claus y Lucas. He leído poco durante las prácticas y a la vez no me lo quiero acabar. Lo que más me llamo la atención cuando lo empecé es la maestría con la que se sostiene la primera persona del plural y todo lo que esa decisión quiere decir poéticamente en esa primera parte de la trilogía, que termina con una separación.

Hace una semana empecé La prueba, que es el segundo libro. Ahí Lucas se queda solo en la casa, es el hermano menor. Aún no se nada de Claus, pero Lucas está muy triste y no se da cuenta del paso del tiempo. Se hace de una esposa y de un hijo, los adopta. Se sigue haciendo cargo del cura y de su casa y de sus animales. Se enamora por primera vez.

El macdonalds también es un lugar muy calientito, por eso uno puede estar a gusto varias horas sentado aquí, bebiendo café de refill y rodeado de gente. El señor de los tennis grandes podría quedarse aquí buena parte de la mañana. Me pregunto si habrá tenido una familia a la que decidió dejar. No una esposa y unos hijos, sino un linaje o genealogía más bien a la que decidió darle la espalda. Volverse nadie y llevarse nada a cuestas.

No se por que yo nunca he tenido un brote psicótico. No se de que depende, si del amor que te dan tan pronto naces, de la felicidad del mundo al que llegas. Si no somos también un nosotros constante mi hermano y yo.

En la última parte que leí hoy, Lucas le explica a Clara, la bibliotecaria de la que está muy enamorado, que su hermano está lejos y no sabe cómo está. Pero puede imaginar que se siente inmensamente solo. Claus cruzó la frontera sobre el cadaver de su padre y se fue a otro país. Lucas al menos se quedó con lo que conocía. ¿Que será de Lucas? ¿Cuando volveremos a ver a Claus?

De camino al macdonalds le venía platicando a la rata sobre una idea de vender pesto y otras cosas embotelladas. De diseñar recetarios para lugares en particular. De seguir en la carrera estudiando solo un semestre a la vez.

Me pregunto constantemente cómo será mi vejez, si seré capaz de cuidarme. Si de manera inesperada llegarán unos Claus y Lucas a trabajar mi tierra y a darme una buena muerte cuando yo ya no sea capaz de dármela.

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Written by Abril Castillo

miope e hipermétrope al mismo tiempo pero en ojos distintos

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