(46/52) lasaña
La primera vez que dije que jamás tendría hijos fue a los tres años de edad. No tengo recuerdo de haberlo dicho, pero mi mamá asegura que fue después de que en la escuela nos pusieron, sin autorización de los papás, un video de un parto.
Yo recuerdo haber dicho por ahí de los nueve que quizá tener un hijo era parecido a hacerte una perforación nueva en la oreja: muy doloroso de momento y luego ya ahí tienes lo que querías. Mis papás gritaron indignados al unísono. Como podía comparar traer alguien al mundo con algo tan frívolo. Probablemente yo estaba solo preocupada por el dolor físico que implicaría y no tanto el psíquico.
En navidad no comimos pavo sino lasaña. Me había tocado hacerla para la comida del staff y solo cambie la crema por bechamel que aprendí a hacer este año gracias a Julia y al chef Narvaez. Y en vez de pollo le pusimos salsa molida.
La pasamos solo el ticher y yo con los gatitos. Pienso si ese “solo” está bien usado o la diferencia de las frases con solo quitarlo.
Leí un post de Majo sobre la muerte y una vecina que se murió en su departamento. Que se murió sola porque no tenía esposo ni hijos. Y me quede pensando Ake un día esa seré yo. Pero luego también pensé que esos serán todos. Todos nos morimos solos, la diferencia está en cuanto tiempo alguien se da cuenta de que ya eres una cadaver. Y eso si está triste. Seguramente la doña se acompañaba cada noche de la tele.