(44/52) Spoiler Alert: OITNB

Abril Castillo
4 min readDec 27, 2023

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Los días que tengo que levantarme temprano duermo mal. Mi misión de hoy: ir a comer chile con huevo a casa de mi tía Ceci. Últimamente me invitan a eventos familiares y cancelo todo para ir. Se murió hace dos semanas una prima de mi mamá que siempre nos encontrábamos en Superama o en el Pan de Zacatlán. A diferencia de mucha familia extendida de mi mamá, a ella la continué viendo casi toda mi vida. Se llamaba Lute. Hace poco, un par de años quizá, su hija me agregó a Facebook, me lleva unos diez años o tal vez un poco más. Resultó ser muy amiga de una amiga editora. Hoy la voy a ver en persona. Resulta que sus hijos también son morelianos, como mi ermano y yo.

Anoche acabé de ver por segunda vez la serie de Orange is the New Black. La primera vez fue hace algunos años, no se cuantos. Me dieron ganas de volver a verla no se bien por qué, si por el encierro en la escuela o qué. A veces pienso que la decisión de qué película, serie o libro elegimos tiene que ver con algo random de la intuición de lo que sentimos, y que verlo te coloca nuestro caos interior. Es una serie que estuve viendo durante unos seis meses. Que ayer acabara me dio una sensación de orfandad de esa que se siente comúnmente al terminar cualquier libro que leíste con mucha profundidad o durante mucho tiempo.

En uno de los últimos episodios Piper va con su supervisora de la libertad provisional, quien le avisa que ya terminó el periodo provisional y que ahora es totalmente libre. Le pregunta a continuación si ya pensó que va a hacer ahora con su vida y le lee una lista de preguntas: ¿Ya tienes una casa para ti sola? ¿Ya sabes en qué quieres trabajar? ¿Rompiste relaciones con la gente que te metió en la cárcel? ¿Qué quieres hacer el resto de tu vida? A todo responde que no, y luego le pide si puede mandarle sus respuestas más tarde esa semana. La supervisora se ríe y le dice que esas preguntas no son para ella, que son preguntas que Piper misma debe responderse. Si quiere. No puede dejar de hablar con la gente que la metió en la cárcel porque ahora está casada con Alex, su novia ahora esposa que la metió en la cárcel y a quien no piensa dejar. La supervisora espera un momento en silencio y luego la despacha fuera de su oficina.

Piper empieza a caminar sin rumbo y termina yendo a la casa de Larry, con quien casi se casa antes de que la metieran a la cárcel. Ahora él está casado o arrejuntado con la que fue mejor amiga de Piper, su socia con quien hacía jabones; todo eso también antes de la cárcel. Van a tener un hijo. Pero ella, su ex mejor amiga no está en casa y Piper entra y habla por última vez (en lo que vemos de la serie) con Larry. Tú no pertenecías conmigo ni a este mundo, tú querías ir a conocer esas aventuras y gente y experiencias fuera de los límites, le dice Larry. Piper ha estado saliendo en plan coqueteo con una nueva chica que lo tiene todo: es exitosa en su trabajo, tiene dinero y contactos, es hermosa y esta súper enamorada de Piper; pero Piper ama a Alex. Larry le hace ver cómo está yéndose al lado oscuro al no empezar esa nueva relación. Ella se enoja y dice que no es autodestructiva. Le dice a Larry que sí lo amó, que sí quería esa vida en esa casa, pero que Alex es una parte de su cuerpo y nunca amará a nadie como ella.

La última temporada es la menos esperanzadora. Todas las reclusas siguen encerradas en distintas sedes de la cárcel luego de que Lietchfield se quemó. Van a transferir a Alex a Ohio. En la otra sede pusieron un reclusorio de ICE donde tienen a mujeres migrantes en espera de ser deportadas. Una tiene dos hijos y la devuelven a El Salvador pese a todos sus esfuerzos; cuando intenta volver ilegalmente se rompe el pie en medio del desierto y la caravana la abandona ahí. Es la última vez que la vemos. Pero Blanca vuelve a República Dominicana con Diablo, al fin logran estar juntos luego de toda una serie deseándose.

Soñé que estaba en un campamento y en eso veía a mi ex con el que también fuimos casi esposos, acercarse. Al principio no me reconocía y yo lo llamaba por su nombre. Nos dábamos un abrazo largo y le decía que me alegraba todo lo que había vivido en su vida, que no pertenecíamos juntos. Me sentía libre de dolor o de rencor hacia él. Me preguntaba si había seguido escribiendo y le decía que no mucho pero que este año salía mi nueva novela, y en mi sueño eso era cierto.

Yo también cuando recién nos separamos a veces me salía en las noches a caminar sin rumbo y terminaba yendo a donde antes vivíamos juntos. Solo que nunca me atreví a tocar a la puerta y nunca volví a hablar con él, más que a veces en sueños.

En la última escena, Piper va a visitar a Alex a Ohio, una prisión de mínima seguridad donde pueden al menos tocarse las manos. Así que vemos que decidió quedarse con ella.

Nadie pone las reglas en la relación de nadie.

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Abril Castillo

miope e hipermétrope al mismo tiempo pero en ojos distintos