(45/52) gallo
Los lunes descanso y es un día en que casi no me muevo. Este fue apenas el tercer lunes que descansé y solo me quedan otros dos. Todo será pronto un recuerdo fugaz y no se por cuánto tiempo mas recordaré lo importante, como las cantidades de salsa en cada platillo, o lo cotidiano como las caminatas del metro Coyoacán a la plaza.
Ahí iba escribiendo mientras caminaban cuando escuché:
– ¿Comiste gallo o qué? –le dijo un güey a alguien por teléfono.
Luego alcancé a oír:
–Pero no estabas en el hospital así que cálmate bien que has andado de aquí para allá y yo tenía también cosas que hacer.
Me dio risa pensar que el gallo también es algo que se come aunque solo se vea cuando sale en forma de actitud.
En esa adolescencia tardía cuando me fui separando de mi papá, una vez él alcanzo a decirme que venía de Armando Broncas, que era un tipo que sentado en un bar metía la cabeza entre sus brazos previamente cruzados sobre la barra, para desde abajo intentar hacer contacto visual con otros y cantarles un tiro.
Tanto Armando como el gallo se dedican a cantar.
Ayer comí pasta y pizza. Me pregunto cómo saldré del colesterol cuando me haga los estudios. Pero por las prácticas tuve que cancelar mi cita con el médico así que no iré hasta mediados de enero. Y decidí también ir al laboratorio hasta el otro año, que ya empieza mañana.