(47/52) ¿Qué, Parvana?
Llevo unas dos horas y media despierta y sigo en la cama. He estado viendo memes y leyendo noticias en redes sociales sobre la vacuna, hilos en Twitter sobre la vacuna, peleas pendejas sobre la vacuna y una chava que quiere que se la vendan y entiendo poco y al final cierro todo. Tengo hambre y falta por lo menos una hora para que pueda comer porque no me he tomado mi eutirox ni he hecho mi ejercicio, y me gusta hacer ejercicio sin comer, con la panza vacía, aunque muchos me han dicho a lo largo de mi vida que aunque sea me coma un plátano. Me lo decían cuando corría. Me lo decían mis compañeras del fut cuando jugábamos en el ajusco, pero yo nunca comía nada antes, si acaso un yogurcito. Pero justo esta semana compré plátanos así que igual me como uno, dentro de una hora. No se si haré ejercicio o no. Hoy es mi primer día de vacaciones pero tengo una junta que ya no pude mover. No importa. La tendré y luego me como el plátano y luego hago mi yoga y luego a ver. También leí hoy en la mañana a Ludovica decir en noviembre que para diciembre las ratas estarán agotada de su año y con pocas energías para levantarse de la cama. Así que aquí estoy, tal como lo predijo: acostada en mi cama escribiendo esto, con Parvana sobre mi pecho ronroneando y Aparicio a mi lado cerca de la ventana, tomando un baño de sol en el rostro. Parvana me maúlla y no sé qué quiere, así que le pregunto: ¿Qué, Parvana? Y seguro también tiene hambre, como yo. Ya me voy a levantar.