(49/52) uvas
Hacer de comer sin comer a veces quita el hambre pero a veces da mas hambre.
Santiago no entiende esa tradición de zambutirte doce uvas en la boca en intentados doce segundos. En Año Nuevo se comió seis y yo ninguna. A la mañana siguiente pico todas, mis doce y sus seis, dieciocho en total, y las desayunamos con yogurt y granola.
Marianita dice que solo puede comer frutas amarillas. Manzana, guayaba, medio plátano. Siempre canta y a veces solo se escucha un susurro de música. Es porque le bajo el volumen, a algunas chicas de mi alrededor les molesta.
Hoy fue viernes de helado y pedí de frutos rojos. Me gusta mucho el de mango y también el de guanábana, pero quiero intentar no repetir.
Hoy Askari me dijo que vaya a hacer prácticas con el, que le hace falta gente.
No tenemos agua en los departamentos pero sí están llenos los tinacos. Los porteros se fueron de paseo y nadie puede entrar al cuarto eléctrico donde se prende la bomba.
Askari me enseñó los tinacos llenos o ya no tan llenos y como saco agua con una cubeta como si fuera un pozo.
Santiago me enseño cómo el técnico del refri emparejó la puerta, por la que se colaba el frío, con una moneda de un peso sin centro. Nos cobro dos mil por el arreglo. También dijo que no cambiáramos de refri. Este tiene casi veinte años, me lo regaló la esposa de mi tío cuando me fui a vivir sola. Era de su hija que acababa de comprarse uno nuevo y lo desechó.
Las cosas viejas duran mas que las nuevas.
Como pase dormida el tránsito del año viejo al nuevo sigo sintiendo que es 2024. Pero hoy todo el día escribí bien la trazabilidad de los insumos que iba anotando y en un momento hasta pensé que ya era 5 de enero.
Voy a bajar por una tlayuda y un guacamole. Me sentaré frente a la tele con el ticher a ver House. Marianita también ve House.