[8] (01/52) A lo hecho, pecho
Hoy me llevé el día con calma pero con disciplina. Retomar los días pasados, las cinco semanas de tener una rutina fija. Quince minutos para bañarme y desayunar. Quince minutos para llegar al trabajo. Quince minutos para comer y ver el celular. El resto del día trabajar.
No lo seguí al pie de la letra. Ni siquiera hice cosas básicas como regar las plantas o cambiarle el agua a los gatitos.
Me vestí de frío y me senté forzada en mi escritorio. Cambié finalmente los calendarios de 2024 por los de 2025. Puse el que me regaló la rat de sus dibujos de abrazos en mi cuarto y el del bestiario en mi estudio. Me pregunto si me confundiré viendo los días empezar en lunes y en el otro, en domingo. Me pregunto qué día empieza una semana si el domingo o el lunes, qué día empieza el año y si realmente las horas cambian el tiempo.
Hoy hay luna llena.
Vi la grabación del primer encuentro del gimnasio de dibujo al que me inscribí que, aunque en realidad fue el miércoles, para mí ocurrió hoy. Igual que hoy apenas de cierta forma empieza el año, por eso de los calendarios que ya dije y porque al fin terminé mis principales pendientes del año pasado.
Hablé con mi mamá la víspera. Vi amigos que hace mucho no veía. Comí un helado que fue regalo de una compañera que es tocaya de mi mamá y tiene unos hijos que se llevan muy bien, que juegan toda la noche y luego al día siguiente no pueden despertarse, pero uno lleva al otro a la escuela, porque el otro se rompió el pie y nadie quiere que pierda el año.
Desayuné cereal con plátano y un café. Comí tres huevos con cebolla, jitomate, pimientos, champiñones y espinaca. Por poco le echo un queso azul que tenía moho pero no parecía moho porque la naturaleza de ese queso es mohosa y se camufló. Lo tuve que tirar.
Leí las instrucciones del trabajo que tengo que entregar el miércoles. Ese día también me inscribo al nuevo semestre; viviré un semestre a la vez. Y ese día también iré a recoger mi carta de término de las prácticas.
Misión cumplida.
No sé qué cene esta noche. Probablemente vea entre uno y tres episodios de House con el ticher, le grite a Parvana que venga a la cama cuando yo ya me quiera dormir. Me quite los lentes y el ticher apague la luz. Me despierte mañana e intente hacer esta rutina completa otra vez. Así iré terminando las cosas que tengo pendientes, las que quiero hacer y también las que no tengo tantas ganas pero toca hacer.
Hoy anochece y sigo en mi estudio, pero ya no tengo tanto frío. A las plantas es mejor regarlas de noche para que el agua no se evapore.